EL JUEGO, COMO BASE FUNDAMENTAL EN EL DESARROLLO DE LOS NIÑOS.
Este apartado entrega información necesaria para ayudar a padres a la hora de elegir los juguetes adecuados para cada etapa de sus hijos. ¿Por qué es tan importante elegir correctamente y lograr la estimulación adecuada para cada edad?
Esto pues la capacidad de jugar, a medida que el niño crece varía entre diversos ciclos de juego, por lo cual estimularlo de una manera adecuada en cada etapa será fundamental para aprovechar los beneficios del aprendizaje, del desarrollo humano y de la integración social, que éste otorga. Según Piaget, el juego avanza de la siguiente manera:
- El juego sensoriomotríz, hasta los 2 años de vida.
Es el primero en aparecer y caracteriza el desarrollo preverbal, estos juegos provocan asimilación funcional y son una manera de obtener placer del movimiento, pues el niño busca sensaciones que si le son agradables las repite, haciendo de desde simples ruidos hasta movimientos para ver qué pasa y así aprende.
- El juego simbólico, de los 3 a los 6 años.
El cual surge junto al lenguaje rudimentario. En esta etapa de imitación, el niño comienza a representar estructuras y formas ausentes, transforma la realidad y le da vida a los objetos. Al finalizar esta etapa, su vocabulario se ve enriquecido y evolucionado.
- El juego de reglas, de los 6 a los 9 años.
También llamado, juego cognitivo. Aquí el niño comienza a establecer y disfrutar de relaciones sociales y amigos, a interesarse por las relaciones interpersonales, reproduciéndolas en sus juegos, existiendo además asignación de papeles, normas y reglas que acatar, pasando de una relación consigo mismo a una relación de cooperación e interacción con los demás niños, integrándose de esta manera al grupo. Lo cual fomentará la evolución de su lenguaje, ya que le obliga a hacerse entender y entender a los demás, el respeto y la consideración hacia los demás, la resolución de sus conflictos y a desarrollar vínculos afectivos y el sentimiento de compartir.
Por lo tanto un juguete adecuado, no es neutro, sino que puede y debe estimular la imaginación para desencadenar los mecanismos del pequeño y enriquecer el escenario del juego, favoreciendo la interacción. Además, el juguete, crece junto con el niño, de distinta forma para cada uno de ellos. A veces, el juguete favorito de un pequeño, queda arrinconado sustituido por otro, otras veces un juego del que gusta un niño no le gusta a otro de su misma edad, simplemente, porque cada niño es diferente.
¿Que otros aspectos se verán favorecidos, de una buena estimulación del juego?
Debido a que en la vida del niño, es a la actividad a la cual más tiempo, ganas, ilusión y energías utiliza y producto de que el niño articula a por medio del juego, sus conocimientos, emociones, sentimientos y relaciones interpersonales, en una experiencia única, que no se parece a ninguna otra, es que durante este espacio logra potenciar:
- La afirmación de su yo, pues mientras el juego se define como una actividad libre, aparentemente improductiva y donde existen reglas, para el niño es una actividad seria, es su quehacer en dónde él es el único protagonista, que se mantiene diferenciado de las exigencias, crea e inventa sin barreras y limitaciones de la realidad externa, explora el mundo de los mayores sin necesidad de que ellos estén presentes, se convierte en el terreno privilegiado de interacción con los iguales y en fuente de funcionamiento autónomo
- El desarrollo del lenguaje, siendo precursor tanto del contenido, como del uso de éste. Pues el juego sobre cualquier otra actividad, es la mejor manera de asimilar y aproximarse al mundo que lo rodea y de desarrollarse física y mentalmente. Siendo por esto último, fundamental en la expresión de emociones, pues este espacio provoca una especial alegría que se traduce en la es liberación y expresión profunda del ser y sentir del niño.
- El desarrollo de aspectos mentales, pues el niño amplía su experiencia, lo cual promueve el desarrollo de la imaginación base de toda actividad creativa, lo aproxima a la realidad y estimula la superación personal a partir de la experimentación del éxito, base de la autoconfianza.
- Su vida emocional, sirviendo como cauce de emociones, en donde relajan sus tensiones, descargan su agresividad, estimulan su confianza, calman su ansiedad, compensan frustraciones, pues por ejemplo al niños que es malo en el colegio puede ser bueno jugando. Lo cual posibilita el desarrollo de habilidades cognitivas, necesarias para acercarse progresivamente a las etapas iniciales del aprendizaje en el colegio y luego al mundo exterior.
- Finalmente la vida social, producto de que el juego facilita la aproximación a sus pares y construcción de amistades. Por otro lado, dentro del juego, el tramposo será rechazado por lo que el niño aprenderá a establecer reglas y respetarlas, además de a colaborar, preparándolo de esta manera para la vida, formando su personalidad, aprendiendo a relacionarse con los demás y adquiriendo pautas sociales, reglas de cortesía y cooperación.
Siendo todos estos beneficios adquiridos con libertad y voluntariamente, a través de una actividad placentera y gratuita, ausente de finalidad, pues el niño juega sin esperar ninguno de los resultados que a medida que pasa el tiempo, se ven reflejados a nivel físico, intelectual y espiritual.