JUEGO Y FONOAUDIOLOGÍA

 

Una de las cosas más gratificantes que me tocó vivir como terapeuta, fue que mientras trabajaba con niños preescolares en una institución, la directora me vio y me dijo: “oye!, tú estás jugando!”. Me sonreí y le respondí: “No. Yo estoy trabajando, y ellos también, pero creen que juegan”

Desde hace mucho que valoro el juego como una experiencia importante para la intervención. Lo relevante del tema, es que esta actividad sea desarrollada con objetivos claros (nada de chamullo) y en forma profesional (no porque sea juego, va a ser pura chacota)

El terapeuta cuando trabaja con un cliente, debe seguir ciertos pasos que todos conocemos: entrevista clínica, anamnesis, evaluación de las destrezas comunicativas, entrega de información (tanto a los padres como al resto del equipo multidisciplinario, tratamiento o intervención terapéutica. Reevaluación… etc.

Cuando se interviene, el profesional debe tener en cuenta; la edad del cliente, el tipo de terapia (individual, grupal, estructurada, natural, etc.), el contexto físico que determina la interacción, los materiales a utilizar, el tiempo (de la sesión y de la intervención total), y la participación de la familia en ella.


¿Por qué trabajar juego?
Tomasello el 2001 publicó un estudio que determina que los niños pueden usar en forma simbólica objetos aunque no hayan adultos presentes que guíen la manipulación, es decir, no son necesariamente acciones imitativas (Tomasello diferencia la emulación de la imitación). Su estudio muestra un incremento importante de las actividades simbólicas entre los 2 y 3 años. Los niños más pequeños realizaban acciones simbólicas con objetos que eran réplicas de los reales, mientras que los niños más grandes usaban otros objetos atribuyéndoles propiedades ficticias. Qué tiene esto de fonoaudiológico? Que cuando los niños realizaban una acción instrumental miraban menos al adulto que cuando realizaban una acción simbólica (en términos Brunerianos, esto se llama referencia social).



Morelock (2003) hizo un estudio retrospectivo comparando los niveles de desarrollo de niños con pérdida auditiva y niños con desarrollo típico, encontrando que aquellos niños cuyas madres andamiaban (término Vigotskyano-Bruneriano) el juego simbólico en edades tempranas, presentaban un desarrollo comunicativo y cognitivo mayor que sus pares que no habían sido estimulados de esa forma.

Eisenberg (2004) presenta un modelo de juego al que llama Juego Comunicativo Estructurado, el que tiene 5 principios:

La sintaxis y la morfología deben mapearse hacia el significado.

  • En la interacción el niño debe oir múltiples modelos de estos mapeos (que entenderemos como muestras de las palabras target)
  • El trabajo en la producción durante el juego es menos estresante y ayuda al niño a producir el modelo con mayor generalización.
  • El foco de la terapia debe ser la interacción y la participación.
  • Los contextos terapéticos deben ser inherentemente motivadores.


Casby (2003) presenta una pauta para la evaluación del juego, la que me autorizó a traducir, aunque no sé si pueda entregarla por este medio (créanme que vamos a tratar de conseguir autorización). En ella hay una evaluación que va desde los dos meses hasta los dos años y pasa por diferentes estadios o etapas (no necesariamente “etapas” a la Piaget, pero se entiende…) Esta pauta fue correlacionada con el desarrollo del juego de niños chilenos de Talca y el resultado fue una correlación positiva (Campos, Figueroa, Medel, Segovia, 2008). Ojo que el desarrollo del lenguaje fue evaluado con una pauta chilena que presenta buenos niveles de validez y confiabilidad. En la segunda parte de este artículo voy a desarrollar el tema de la intervención propiamente tal.

 

 

Escrito por Hugo Seguro Pujol,  en https://fonoaudiologeeks.com/


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